En un primer momento se nos planteó la tarea que debíamos llevar
a cabo con nuestra pareja islandesa. Desde el principio me pareció una idea
innovadora, interesante y provechosa. Los días previos a quedar para el primer
contacto con nuestro estudiante fueron, por el contrario, bastante estresantes.
La comunicación al principio fue algo complicada y todas las tareas que debemos
terminar para el máster junto a esta no hacían más que sumar dificultades y
restar tiempo. Cuando por fin conseguimos establecer un horario para quedar,
tuve que esperar a su conexión durante más de media hora. Para más inri, mi
compañero aún no había instalado ni comprobado el sistema de grabación, por lo
que tuve que esperar más tiempo a que terminara los preparativos. Además tuve
que ayudarle, pero eso al menos hizo que habláramos algo en español.
Parece una visión bastante pesimista sobre la actividad
realizada. No obstante, las vibraciones durante y después de la conversación
solo fueron positivas. Me topé con un estudiante islandés realmente motivado en
el aprendizaje de español, que había vivido en un país de habla hispana
haciendo un voluntariado. Toda la conversación se desarrolló sin ningún tipo de
problema. Pudimos hablar de temas muy variados y en ningún momento se crearon
silencios incómodos ni situaciones extrañas.
El enfoque por el que decidí optar, debido a la poca
diferencia de edad y a la ausencia de ánimo de lucro, sumada a no tener que
responder ante una academia o unos jefes, fue actuar como amigo más que
profesor. Desde una perspectiva subjetiva, creo que fue un gran acierto, pues
el diálogo fue activo, dinámico y espontáneo.
A pesar de los errores cometidos por el alumno de ELE, no
siempre decidí corregir. Es cierto que al principio comencé realizando más
correcciones que al final. Esto se debió al desconocimiento del nivel
lingüístico de Fannar en español. Durante el desarrollo de la conversación pude
comprobar que el nivel no era tan básico como pensaba en un primer momento. Por
ello, decidí permitir que el estudiante hablara todo lo que quisiera, limitando
las correcciones y ayudas a los momentos en los que el alumno se atrancaba,
desconocía el término correcto, se veía incapaz de terminar o expresar una
frase o concepto específico o, directamente, pedía ayuda. Posiblemente esta
decisión permitiera que el diálogo fuera tan espontáneo y los temas de
conversación variaran tanto. A niveles generales, esta conversación se
desarrolló de forma relativamente natural, a pesar de su preparación artificial
(es decir, propuesta como tarea a alumnos de ambas universidades) y se aproximó
bastante a lo que habría podido ser una conversación normal entre dos
hispanohablantes (obviando las evidentes correcciones).
En definitiva, analizaría el encuentro como una
experiencia enriquecedora a nivel docente y social, pues mi compañero era realmente
simpático. Ya había sido profesor de español y, en concreto, profesor de
conversación. Sin embargo, esta fue la primera ocasión en la que fui partícipe
de una clase vía videollamada. Es muy
interesante ver cómo los avances tecnológicos se van adaptando a nuestras
necesidades, hasta el punto de poder permitir una clase de español entre dos
personas que se encuentran a kilómetros de distancia. Por otra parte, me
gustaría destacar la posibilidad de enviar mensajes por el chat, así como
enlaces a páginas web. Durante la conversación recurrimos a estos recursos en
ciertas ocasiones en las que el estudiante quería conocer la escritura de una
palabra o cuando quería enviar información sobre uno de los temas tratados.
Estoy encantado de poder formar parte de un proyecto tan
enriquecedor. Creo que hablo por todos mis compañeros cuando digo que estamos
muy motivados con la actividad y que queremos
comenzar a trabajar en la siguiente fase tan pronto como podamos. Todo
ello, pese a la gran carga académica que nos suponen todas las asignaturas del
máster, por lo que me gustaría terminar afirmando que sacaríamos mucho más
provecho de este proyecto si no estuviéramos tan atareados. También me gustaría
añadir como opinión personal que ojalá hubiera más actividades tan útiles y
prácticas como esta en el máster de ELE.
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