Durante estos últimos meses, hemos llevado a cabo un proyecto colaborativo entre cuatro compañeros. Hemos podido comprobar cómo es la experiencia de ser profesores a distancia y cómo debemos planificar las clases de nuestros alumnos islandeses.
El principal aspecto que quisiera destacar, es la buena colaboración que hemos tenido durante todo el proceso entre los profesores. No han sido pocas las dificultades a las que nos hemos enfrentado, pero hemos sido capaces de sobreponernos y superarlas. Por este motivo, quiero comenzar alabando la labor de mis compañeras, que han sabido trabajar, coordinarse y enseñar de una forma envidiable.
Ha habido varios factores interesantes durante el proceso de enseñanza online. Creo que mis compañeras estarán de acuerdo conmigo, cuando afirmo que el mejor trabajo, al que más tiempo hemos dedicado y del que mejores resultados hemos obtenido, fue el proyecto final 2.0, en el que creamos un podcast online con la colaboración de los alumnos islandeses. Este proyecto ha supuesto mucho esfuerzo por nuestra parte, que se ha visto recompensado al recibir el feedback de los alumnos, que, en general, han quedado satisfechos con el proceso y el resultado final. Tal y como nos comentaban, este proyecto no les ha servido únicamente para mejorar en aspectos lingüísticos del español, sino que también les ha permitido ampliar sus horizontes culturales y musicales.
Por lo que a nuestra labor respecta, considero que este tipo de enseñanza presenta partes positivas y negativas. Por un lado, al ser cuatro profesores para tres alumnos, podíamos prestar bastante atención a las necesidades de los estudiantes y podíamos distribuirnos la carga del trabajo de una forma amena y equilibrada. Pero sobre todo, conseguíamos una fusión de ideas que, al poner en común entre las aportaciones de los cuatro, conseguían convertirse, o al menos acercarse, a lo que se pediría de una tarea significativa para los estudiantes de ELE. Por otro lado, tenemos que señalar la dificultad que ha supuesto este tipo de enseñanza a distancia, pues la disponibilidad, tanto de los alumnos como de los profesores, no siempre es la misma. Las actividades que requerían la conexión simultánea de todas las partes siempre se planteaban dificultosas, por lo que en varias ocasiones tuvimos que adaptar nuestras exigencias iniciales. Además, la capacidad de trabajo autónomo variaba mucho de un estudiante a otro, así como los niveles de español. Es por ello, que en ciertos momentos la necesidad de prestar ayuda y guiar a los alumnos fue demasiada. No obstante, pudimos sobreponernos a estos inconveniente (no sin la magnífica aportación de mis compañeras, como se señalaba anteriormente).
En lo que respecta a los recursos tecnológicos, tal y como pudimos ver en las presentaciones, tanto yo como el resto de compañeros de clase hemos llevado a cabo una enseñanza "poco usual" que nos ha obligado a utilizar las herramientas en línea desde todas las perspectivas posibles y explotarlas al máximo para conseguir todo el beneficio lingüístico para nuestro alumnos. Muchos han utilizado herramientas a las que estamos algo más acostumbrados, como Instagram, y, ciertamente, le han sacado todo el jugo que presenta la aplicación. Por nuestra parte, tuvimos que trabajar con un programa que no conocíamos de antes. Sin embargo, considero que tanto yo como mis compañeras hemos realizado un buen uso de las herramientas que teníamos a nuestra disposición. Gracias a la utilización de una herramienta desconocida, no solo hemos podido ampliar nuestros conocimientos dentro de esta página, sino que hemos desarrollado nuestras habilidades tecnológicas en otras aplicaciones. En mi caso, he aprendido a utilizar con formatos de audio, manejarlos y manipularlos. Esta experiencia no solo ha sido provechosa y didáctica, sino que también ha sido divertida en ciertos momentos.
En definitiva, hemos llevado a cabo un proyecto de amplias dificultades, que hemos sabido solventar y adaptar a las necesidades de nuestros alumnos para conseguir su implicación en la programación didáctica. Hemos podido aprender los unos de los otros, compartir conocimientos y experiencias, así como penas y alegrías. Diría que el cómputo general de esta experiencia ha sido positivo y animo a mis profesores a continuar con los proyectos en años venideros. Eso sí, quisiera apuntar que prestaran más atención a los pequeños detalles que ya se comentaron en clase.
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