En clase de metodología se nos presentaron varias actividades para conseguir que los alumnos se presentaran entre sí y comenzar a conocerse.
En clase de
metodología vimos varias formas de presentarse en clase. De hecho, hicimos las
actividades nosotros mismo para conocer a nuestros compañeros.
En concreto, vimos
tres actividades diferentes:
- · Móvil: Nos organizamos en grupos de tres o cuatro personas y cada uno busca en su móvil una foto de un animal, una persona, un lugar y una zona de su casa. A continuación se enseña a los compañeros y se les explican las imágenes. Una vez que ya se han explicado todas, cada grupo elige una de cada sección y la explica al resto de compañeros. Esta actividad viene muy bien para practicar vocabulario y conocer un poco más de la otra persona. Un aspecto negativo de esta actividad puede ser que toda la clase debe tener un móvil y fotos.
- · Pelota: todo el grupo se sitúa en un círculo de pie. El alumno lanza una pelota a un compañero y dice su nombre y el alumno que la recibe repite el proceso. Cuando ya lo han hecho todos una o dos veces, el sistema cambia. Ahora, en lugar de decir su nombre y lanzarla, el alumno debe decir el nombre de un compañero y después lanzársela a él o ella. Esta actividad puede ser una buena forma de conocer el nombre de tus compañeros de clase
- · Nombre: la profesora nos contó a todos por qué se llamaba como se llamaba (una historia interesante, además). A continuación, los alumnos se separan en grupos o parejas y se explica el uno al otro por qué tienen el nombre que tienen (en caso de tener alguna historia detrás). Por último, se explica a la clase al completo, la historia de tu compañero. Es una buena forma de conocer a los colegas de clase, pero puede ser un poco aburrida si no hay ninguna historia detrás.
Las actividades
aquí planteadas son una fantástica forma de conseguir que nuestros estudiantes
se conozcan entre sí el primer día de clase. No solo ellos, sino que con estos
pequeños ejercicios de clase, el profesor también puede llegar a conocer algo
más a los alumnos y comenzar a analizar su nivel lingüístico, para adaptar las
clases a sus necesidades propias. El nivel correspondiente a estas actividades
puede ser muy variado, pues perfectamente un nivel C2 podría realizar estas
actividades. No obstante, se propondrían en niveles elementales como A1 o A2,
debido a su poca dificultad léxica y gramatical.
Un elemento muy
significativo y en el que la mayoría de los profesores coincide es la necesidad
de aprender el nombre de nuestros alumnos. Esto consigue que se impliquen más
en el aula, se motiven, nos vean como un docente más cercano al que acudir en
caso de duda y crea un ambiente propicio para el estudio. Si además podemos
conseguir que los alumnos se conozcan entre ellos lo antes posible, comenzarán
a estrechar vínculos, a trabajar en equipo y a colaborar. Estas actividades
pueden propiciar que todo esto ocurra.
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